El libro del Doctor Juan Carlos Amat publicado en el año 1596 además de ser el primer tratado conocido de cifra por la guitarra de 5 órdenes, representa el inicio de una tradición del uso de la guitarra como instrumento de acompañamiento que se extenderá hasta principios del siglo XIX con la última edición del método en 1819. El sistema explicado en el libro de Carlos y Amat fue utilizado para fijar el contenido musical de poesías y danzas durante más de dos siglos y apareció en contextos musicales muy diversos que van desde la música de teatro hasta las tonadas más sencillas.

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Si bien el método de Carlos y Amat no contiene material musical, es innegable la extensión e importancia de este sistema de notación puesto que ha sobrevivido en otras fuentes musicales, teatrales y poéticas de los siglos XVII y XVIII como son los manuscritos M.759 y M.888 de la biblioteca nacional de Cataluña, en el Cancionero de Olot, en el manuscript Ms.145 de la Biblioteca Museo Victor Balaguer en Vilanova i la Gertrú, y en fuentes tan curiosas como el Ramillete Florido (Manuscript para cítara) publicado en SEvilla ca 1740 o "Regla de entrar una vihuela, sin poner cuerda ninguna" conservado en el museo del libro antiguo de la ciudad de Guatemala.

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Aparte de la importancia y trascendencia del sistema de notación propuesto por Carlos y Amat, podemos encontrar en sus líneas un hecho remarcable por la música de occidente, el cambio de la estética musical de la polifonía claramente concebida como un hecho compositivo en horizontal, basado en la independencia de las líneas melódicas, hacia una concepción vertical de la coincidencia de las voces representadas en los acuerdos o como lo explica el propio Carlos y Amat, puntos.

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El libro describe cómo un grupo de jóvenes estudiantes se dirige a él con la intención de burlarse de su sistema asegurando que no es posible poner más de tres voces en un instrumento como la guitarra. Carlos y Amat, pues, cifra mediante su sistema de acuerdos la verticalidad de una pieza de Palestrina y los estudiantes maravillados confirman que con los acuerdos es posible rodear todas las voces de dicho madrigal. Esto nos hace pensar que el proceso de transformar polifonía en secuencias de acuerdos fue una práctica que acompañó al nacimiento de la guitarra de cinco órdenes, una práctica que cambió radicalmente la forma de hacer música y que es la matriz de infinidad de géneros populares que beben de ella hasta nuestro tiempo.